Quienes permanecen, llegan a ver el fin de las tormentas. No sucumben en ellas, más bien llegan a ver sonrisas. Por eso cuento mi historia, porque sueño con ver jóvenes que inteligentemente construyen sus vidas sobre la roca. Una raza de campeones que no sucumban a los problemas de la vida. Jóvenes que escribir una historia, puede que comience en el llanto, pero termina en una sonrisa.