¿Tus amigos reflejan quién eres?
Con nuestros amigos compartimos puntos de vista, pasiones y gustos, ellos son parte de lo que somos. Mi abuela siempre me decía: “Dime con quién andas y te diré quién eres”, eso mismo es lo que dice Dios en su palabra.
“Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en dificultades.”
Prov 13:20
Un amigo cercano puede llegar a alejarnos de nuestro propósito, confundirnos ó presionarnos a tomar malas decisiones, incluso de manera inconsciente. Pero si somos sabios para elegir a quienes consideramos amigos, ellos pueden llegar a ser una extensión del amor de Dios. Es un privilegio conocer personas admirables, que nos impulsen a crecer en todos los aspectos, ese es el filtro para saber con quién debemos permanecer.
¿Qué te une a tus amigos?
Los lazos que nos unen son muchos, pero el centro, lo que sostiene todo debe ser mayor, sin algo de peso lo demás se fractura fácilmente. Los gustos y pensamientos compartidos son solo un medio que nos conecta pero no son el motivo en sí mismo. El fundamento de una amistad debe ser servir a Dios, por eso nuestros amigos deben inspirarnos a amarlo y a buscar su sabiduría para vivir como le agrada a Él.
Hay momentos para apartarnos
Saúl es un ejemplo de lo que ocurre cuando ponemos a las personas por encima de Dios. Al no recibir una respuesta inmediata de Dios, él decidió buscar consejo en personas para saber lo que debía hacer y eso terminó por alejarlo más de Dios y de los planes buenos que tenía para él.
Debemos depender completamente de Dios, Él es el mejor amigo que podemos encontrar, los mejores consejos vienen de Él, e incluso cuando calla lo hace con un propósito.
Un amigo que da la vida por ti merece que des tu vida por él.